Filosofía para niños

FILOSOFÍA PARA NIÑOS



   Este curso vamos a abordar un proyecto muy interesante que se llamará "Filosofía para niños". El fundamento del mismo parte de las ideas del norteamericano Matthew Lipman y de Jordi Nomen.

Justificación

   Los niños pueden practicar filosofía. Añadiendo esta competencia en su vida podrán participar de su condición de ciudadanos, desde su propia mirada, para construir un mundo mejor, más crítico, más creativo y más humano. Tienen que aprender a pensar por sí mismos a fin de construir un mundo donde todos podamos y queramos vivir.

   Cuando hablamos de niños filósofos, nos referimos a aprovechar las cualidades innatas que todos ellos poseen y abrir una nueva ventana para contemplar la realidad: la mirada filosófica. El niño llega al mundo con una curiosidad insaciable y con una enorme y fascinante admiración por lo que se encuentra.

   La vida nos exige tomar decisiones constantemente. Por eso, los niños tienen que aprender a pensar por ellos mismos para saber conocer, saber hacer y saber ser. He aquí, precisamente, las bases de la filosofía y el arte occidentales.

   Si aprendemos a pensar por nosotros mismos, encontraremos los criterios sobre los que edificar los nuevos pasos que nos irán forjando. Con estas herramientas construiremos las decisiones y analizaremos los aciertos y los errores, después de gestionar las emociones que nos filtran la mirada.

   Finalmente, entenderemos que la libertad se encuentra más dentro de nosotros que fuera y entonces tendremos que asumir que somos responsables, que nuestras decisiones nos perfilan. Otro motivo para hacer filosofía con niños ... y con todo el mundo.

   Aprehender el mundo con preguntas que dan acceso a la facultad crítica, mantener la inocencia que permite dictar soluciones creativas a los problemas que la vida va proponiendo y hacerlo de forma social, pensando en los otros, cuidando de los demás, son prácticas imprescindibles para gestionar la vida.

   Se propone la necesidad de que los niños aprendan a opinar, pero también que su opinión valga tanto como las razones que la sustentan. Esta es la base de la ventana crítica.

   La ventana creativa también es importante. El pensamiento creativo (Lipman, 2016) es imaginativo y desafiante, holístico y coherente, inventivo y original. Es un pensamiento mayeútico, fecundo, controvertido y estimulante. La creatividad no es un don, sino una conquista. Como una rama que crece y se reafirma, la creación amplía la zona de confort y traspasa sus límites, ensanchándolos.

   ¿Qué decir de la ventana filosófica? ¿Por qué nos morimos, mamá? ¿Cómo sabemos que los perros no piensan? ¿Cómo puedo estar seguro de que estoy haciendo lo correcto? ¿Por qué dices siempre que no tienes tiempo, si todos tenemos tiempo? No sabemos por dónde cogerlas. Los niños necesitan comprensión y su inocencia y falta de contexto les fuerza a hacer preguntas para conseguir respuestas. No se conforman con respuestas parciales, sino que son de todo o nada. Quizás nosotros podamos devolverles las preguntas que nos hacen: " ¿Y tú, por qué crees que es? ¿Por qué piensas que pasa?

    Hemos de hablar con los niños más que nunca en un mundo tecnológico que nos aleja cada vez más de las personas. Deben familiarizarse con la incertidumbre de una sociedad que cambia vertiginosamente. Tenemos que darles las herramientas necesarias para gestionar la realidad. La filosofía nos puede ayudar a convivir con esa incertidumbre.

Metodología

¿Con qué recursos puede hacer filosofía el niño filósofo?

 Conviene establecer la diferencia entre hacer una lectura comprensiva y hacer una lectura profunda, crítica. La lectura profunda incide más en los implícitos que en los explícitos. Leer es salir del mundo que te rodea para entrar en otro mundo, es escuchar la voz del narrador y los personajes, trasladarte en el espacio y en el tiempo. Leer es encontrar un diálogo contigo mismo y salir de ti mismo para encontrar un diálogo con los demás. El buen lector nunca está solo. Si los niños aprenden a reflexionar sobre lo que leen, como los filósofos, conseguirán un preciado tesoro.

   Iremos leyendo capítulos del libro de Matthew Lipman “Elfie” (Madrid, 2012) y nos valdremos del Manual del profesor para realizar con los alumnos las actividades que más nos interesen.

   Los capítulos son breves, aunque las actividades que se pueden realizar son múltiples. Por tanto, la temporalización la irán marcando los propios alumnos según avance el libro.

   Es una novela dirigida a niños de entre 6 y 7 años y la lectura capítulo a capítulo es amena y entretenida.

   El manual nos permitirá adaptarlo a voluntad, según las circunstancias que se vayan produciendo (si se pincha sobre las  portadas se pueden ver los dos libros)


"El mundo en que vivimos devora el tiempo, que se convierte en una mercancía más, a un precio demasiado alto, que pagamos en forma de ansiedad o estrés. Nuestros niños tienen que aprender a detenerse. La filosofía puede ser un buen antídoto para ello" (Jordi Nomen)


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